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08 marzo 2018

TORRELAVEGA:Día de la Mujer 8 de Marzo.


Manifiesto Día de la Mujer 8 de Marzo.

JUNTAS SOMOS MÁS. Cada 8 de Marzo celebramos la alianza entre mujeres para defender nuestros derechos conquistados. Fue la unión de muchas mujeres en el mundo, la que consiguió grandes victorias para todas nosotras y nos trajo derechos que poseemos hoy. Este año, además, contamos con el respaldo en nuestra lucha de las organizaciones sindicales quienes han declarado un día de Huelga bajo el lema de #VivasLibresUnidas.

Sin embargo, once años después de la entrada en vigor de la Ley Organiza 3/2007, de 22 de marzo, después de dos procesos de elecciones generales en los últimos cuatro años, y de la brutal crisis económica de los últimos tiempos, continuamos denunciando la deficitaria aplicación y la falta de acompañamiento presupuestario de esta ley.

No puede haber una sociedad verdaderamente democrática si no somos capaces de eliminar los comportamientos y actitudes machistas que atentan contra más de la mitad de la población. Y este machismo, se extiende en todos los ámbitos, desde el familiar, al social y laboral.  Y desde la acción más sutil hasta la más cruel de las manifestaciones, como es la violencia de género que se ejerce hacia las mujeres. 49 mujeres y 8 menores murieron asesinadas en 2017.

La fecha del 8 de marzo es nuestra, internacional y reivindicativa. 

Nuestra identidad es múltiple, somos diversas. Vivimos en el entorno rural y en el entorno urbano, trabajamos en el ámbito laboral remunerado y en nuestros hogares creando riqueza que no se visibiliza. Somos payas, gitanas, migradas y racializadas. Heterosexuales, bisexuales, queer, lesbianas y transgénero. Nuestras edades son todas y nos sabemos mutiladas, asesinadas, perseguidas,  presas. 

Somos TODAS. Juntas hoy paramos el mundo y gritamos: ¡BASTA! ante todas las violencias que nos atraviesan.

¡BASTA! de agresiones, humillaciones, marginaciones o exclusiones. Exigimos que el Pacto de Estado contra las violencias machistas  se dote de recursos y medios para el desarrollo de políticas reales y efectivas que ayuden a conseguir una sociedad libre de violencias contra las mujeres y niñas.

¡BASTA! De violencias machistas, cotidianas e invisibilizadas, que vivimos las mujeres sea cual sea nuestra edad y condición. QUEREMOS poder movernos en libertad por todos los espacios y a todas horas. Señalamos y denunciamos la violencia sexual como una expresión más de violencia machista. Es urgente que nuestra reivindicación Ni una menos sea una realidad.

¡BASTA! De opresión por nuestras orientaciones e identidades sexuales! Denunciamos la LGTBIfobia social, institucional y laboral que sufrimos muchas de nosotras, como otra forma de violencia machista. Somos mujeres y somos diversas.

Somos las que reproducen la vida. El trabajo doméstico y de cuidados que hacemos las mujeres en nuestros hogares es imprescindible para el sostenimiento de la vida, y sin embargo continua estando infravalorado tanto económica como socialmente. Hoy, damos visibilidad a un trabajo que nadie quiere reconocer, ya sea en la casa, mal pagado o como economía sumergida. Reivindicamos que el trabajo de cuidados sea reconocido como un bien social de primer orden, y exigimos la redistribución de este tipo de tareas.

Para nosotras, el compromiso con la salud no es un simple dato presupuestario y reclamamos equidad e igualdad de acceso a diagnósticos, prestaciones, terapias y fármacos, así como a la innovación y a la atención personalizada, con independencia del lugar de residencia.

Hoy reivindicamos también una sociedad libre de opresiones, de explotación y violencias machistas. Por ello el Consejo de la Mujer del Ayuntamiento de Torrelavega manifestamos el rechazo más absoluto a toda aquella forma de expresión artística y cultural, que conlleve cualquier tipo de apología de la violencia hacia la mujer, conducta machista o se manifieste a través de un lenguaje sexista que promueva cualquier tipo de trato denigrante y vejatorio hacia la mujer.

En 1951 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) elevó a derecho fundamental el principio de "salario igual a trabajo de igual valor", pero hoy seguimos soportando desigualdades salariales que expresan una severa discriminación de la mujer en el mundo laboral. Los interlocutores sociales debieran afrontar con urgencia esta realidad. Los trabajos a los que logramos acceder están marcados por la temporalidad, la incertidumbre, los bajos salarios y las jornadas parciales no deseadas. Nosotras engrosamos las listas del paro. Muchos de los trabajos que realizamos no poseen garantías o no están regulados. Y cuando algunas de nosotras tenemos mejores trabajos, nos encontramos con que los puestos de mayor salario y responsabilidad están copados por hombres. Las mujeres han sufrido y siguen sufriendo en mayor medida las consecuencias de la crisis. En Cantabria, el paro entre las mujeres alcanza la cifra de 22431, lo que supone la progresiva feminización del desempleo. Hay 15800 mujeres menos que hombres en actividad y 14.900 mujeres ocupadas menos. Ganamos 7304 euros menos que los hombres. Y el 90% de las desempleadas no reciben prestación. Además, asumimos mayoritariamente permisos y excedencias por cuidados, lo que limita su desarrollo profesional y merma sus derechos.




Por ello gritamos:
¡BASTA! de discriminación laboral por el hecho de ser mujeres. Exigimos que se promueva una Ley para la Igualdad Salarial y avanzar en la representación paritaria en los órganos de representación sociales y económicos de la sociedad española. Que se activen políticas que fomenten la corresponsabilidad en línea con lo propuesto por la Comisión Europea en 2017. Uno de los principales indicadores de calidad de vida de la población es el acceso en igualdad de oportunidades, para mujeres y hombres, a todos los ámbitos de la vida. El derecho al trabajo digno, que emana de la Constitución Española, es una condición esencial para la igualdad de derechos efectiva, para la independencia económica y la realización profesional de las personas.

¡BASTA! de que ser mujer sea la principal causa de pobreza y que se nos castigue por nuestra diversidad. La precariedad se agrava para muchas de nosotras por tener mayor edad, ser migrada y estar racializadas, por tener diversidad funcional o una imagen alejada de la normatividad. Reivindicamos que nuestra situación laboral nos permita desarrollar un proyecto vital con dignidad y autonomía; y que el empleo se adapte a las necesidades de la vida: el embarazo o los cuidados no pueden ser objeto de despido ni de marginación laboral, ni deben menoscabar nuestras expectativas personales ni profesionales.
¡BASTA! de pensiones de miseria, que nos obligan a sufrir pobreza en la vejez. Exigimos también las pensiones que nos hemos ganado. Durante la vejez, tras cotizaciones marcadas por contratos temporales y a tiempo parcial, las pensiones de las mujeres son un 40% inferiores a las de los hombres. Esto hace que muchas mujeres pensionistas sean cada vez más pobres y que, tras toda una vida trabajando, no puedan tener una vejez digna. Pedimos la cotitularidad de las pensiones y que el tiempo dedicado a tareas de cuidado, o que hemos desarrollado en el campo, sea reconocido en el cálculo de las pensiones al igual que el trabajo laboral y luchamos  por  la ratificación del convenio 189 de la OIT que regula el trabajo doméstico.

¡BASTA! de pasividad en políticas de igualdad. Queremos que se impulse el diálogo social y la negociación colectiva, incrementando las políticas activas de empleo, exigiendo planes de igualdad en todas las empresas obligadas por ley y establecer medidas de acción positiva, imprescindibles para combatir las brechas de género en el empleo, e impulsar  la corresponsabilidad y avanzar en el ámbito de la conciliación.
Exigimos ser protagonistas de nuestras vidas, de nuestra salud y de nuestros cuerpos, sin ningún tipo de presión estética. Nuestros cuerpos no son mercadería ni objeto, y por eso, también hacemos huelga de consumo.

¡Basta ya de ser utilizadas como reclamo!

La educación es la etapa principal en la que construimos nuestras identidades sexuales y de género y por ello, tanto el alumnado como la comunidad educativa debe reinvindicar la implantación de una educación pública, laica y libre de estereotipos. Reivindicamos  el derecho a una formación afectivo-sexual que  enseñe en la diversidad, sin miedos, sin complejos, y que no permita una sola agresión machista ni LGTBIfóbica en las aulas.

Exigimos un avance en la coeducación en todos los ámbitos y espacios de formación y una educación en la que  la perspectiva de género sea transversal a todas las disciplinas. ¡No somos una excepción, somos una constante que ha sido callada!

¡BASTA! De invisibilidad en nuestros logros como científicas, artistas, pintoras, escultoras, arquitectas, inventoras, deportistas, políticas, sindicalistas…

Ninguna mujer es ilegal. Decimos ¡BASTA! al racismo y la exclusión. Gritamos bien alto: ¡No a las guerras y a la fabricación de material bélico! La consecuencia directa de las guerras son millares de mujeres refugiadas por todo el mundo, mujeres que estamos siendo victimizadas, olvidadas y violentadas.

El Consejo de la Mujer de Torrelavega, por voto mayoritario de sus miembros, apoya los paros convocados por la Comisión 8 de marzo, y apoyados por los sindicatos;  así como a participar en los distintos actos y movilizaciones que se celebren con motivo del 8 de marzo; para reiterar nuestro compromiso activo con la eliminación de la  discriminación laboral, económica y social de las mujeres. Del mismo modo apoyamos la huelga de cuidados que pretende visibilizar el trabajo de las mujeres que nadie quiere reconocer, ya sea en  el ámbito domestico y en el de los cuidados personales.”



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