Enrique
Gómez Zamanillo critica que tras casi cinco años para finalizar la obra, habrá
que invertir 112.000 euros más para arreglar las goteras
El
Partido Popular de Torrelavega ha definido hoy la obra de la cubierta del
colegio Mies de Vega como una “chapuza interminable”, dado que habrá que
invertir 112.000 euros más para arreglar las goteras.
El
concejal del Partido Popular Enrique Gómez Zamanillo ha criticado en una rueda
de prensa que tras comenzar los trámites en 2014, retrasarse la licitación,
aparecer numerosos problemas en la obra que incluso llevaron a romper el
contrato con la empresa adjudicataria de los trabajos, finalmente haya que
invertir otros 112.000 euros de todos los torrelaveguenses para rehacer la
cubierta.
Gómez
Zamanillo ha recordado que la obra se vendió en 2014 como “un proyecto bueno,
bonito y barato” pues partiendo de una cubierta ya existente, se proyectaba un
cerramiento, invirtiendo más de 200.000 euros, para así disponer de un nuevo
pabellón que diese servicio a losnumerosos usuarios de las instalaciones
deportivas de la ciudad. Pero, según ha agregado, “desgraciadamente la realidad
no ha resultado ni mucho menos tan idílica como era la idea inicial”.
Enrique
Gómez Zamanillo ha explicado que tras un retraso difícil de explicar para
realizar el proyecto y licitarlo, un trabajo de pocos meses que se prolongó más
de dos años, la ejecución de la obra no ayudó a enderezar la situación. “Se
adjudicó a una empresa de fuera de Cantabria, que ya había recibido sanciones
por incumplimientos en obras públicas, y la chapuza siguió su curso. Se comenzó
la obra en invierno, privando al colegio de su patio cubierto, y ésta se
prolongó año y medio, cuando el plazo de ejecución nunca debió superar los seis
meses. Por medio, la empresa adjudicataria abandonó los trabajos y los
servicios técnicos municipales se vieron obligados a incoar un expediente que
finalizó con la rescisión del contrato”.
Según ha
agregado el edil del PP, “cuando en julio de 2017 se reabrió finalmente la
instalación y parecía que la pesadilla había terminado, la realidad demostró
una vez más ser menos optimista que Cruz Viadero y Jesús Sánchez cuando
inauguraron orgullosos la obra”. “Desde el comienzo de su uso, el nuevo
pabellón dio graves problemas de goteras que con frecuencia lo hacían
inutilizable. Esta kafkiana situación tiene, de momento, su último capítulo en
la obligada decisión de invertir otros 100.000 euros para arreglar la cubierta
preexistente. Una de esas situaciones que provoca chanzas de los ciudadanos
sobre cómo se hacen las cosas en Torrelavega”, ha dicho.
Y el
colmo, para Gómez Zamanillo, es que el patio del colegio Mies de Vega pertenece
a la Consejería de Educación, y el pabellón que el Ayuntamiento de Torrelavega
ha construido allí es propiedad, y por tanto responsabilidad, del Gobierno de
Revilla, “al que le vamos a terminar construyendo una instalación con más de
300.000 euros de todos los torrelaveguenses”.
“Ya no es
que aprovechemos una cubierta existente para hacer un pabellón en un suelo no
municipal, es que cuando por fin concluye la obra, hay que rehacer esa cubierta
porque nadie comprobó su estado ni si se podía utilizar. Como si se tratase de
una telenovela con cientos de capítulos, ‘La chapuza interminable’ continúa”,
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